El incremento de las instalaciones de paneles solares en terrazas en Alemania en los últimos trimestres muestra claramente el interés creciente de gran parte de la población.
Cuando uno se topa con esta estadística, no puede evitar adoptar una postura de cautela, casi como si estuviera presenciando el preludio de una tendencia.
En algunas estimaciones se llega a cifrar en 800.000 el número de hogares que ya han instalado paneles solares en sus balcones o terrazas, hablamos de estimaciones puesto que se suman las instalaciones registradas y las no registradas.
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Instalar paneles solares en terrazas: la última moda que arrasa en Alemania y amenaza con llegar a España
El fenómeno de las instalaciones fotovoltaicas en los balcones de los edificios alemanes ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos meses. ¡Alemania y fotovoltaica! Una combinación que enciende las alarmas, pues lo que sucede allí podría muy bien convertirse en un augurio de lo que está por venir aquí.
No pretendemos dilucidar la rentabilidad de semejantes instalaciones. Después de todo, cuando alguien tiene cierta holgura económica, puede permitirse gastar su dinero como mejor le plazca. Hay quien opta por adquirir el último iMac M3 con 8GB o 12GB de SSD y una retina de 4,5K; otras personas prefieren embarcarse en viajes a lo alto del Everest; y luego están aquellas que invierten en kits de autoconsumo para sus balcones. Quizás no sea la opción más emocionante, pero en términos de rentabilidad, seguramente sea la más sensata.
Paneles solares en terrazas: la situación actual en Alemania
Regresando al caso alemán, con su capacidad para influir en los países circundantes, como siempre ha sido su costumbre, para bien o para mal.
Esta influencia, sumada al poder de persuasión de las grandes empresas, como Leroy, Corte Ingles……., y sus semejantes, ha disparado la popularidad de estos kits de instalación directa de paneles fotovoltaicos, augurando una posible reproducción del fenómeno en España.
En una reciente encuesta realizada en Alemania, un 15% total de los encuestados o bien ya habían instalado paneles solares en sus balcones o tenían decidido hacerlo.
Con todos estos elementos en juego, parece que en cualquier momento podríamos ver una explosión en las ventas de estos kits, y los balcones españoles podrían comenzar a poblarse con paneles solares.
Paneles solares en terrazas y balcones: el caso español y su comparación con el alemán
La maraña burocrática y los interminables plazos para llevar a cabo instalaciones en comunidades de vecinos, lo que dificulta la contratación de empresas dispuestas a llevar a cabo tales proyectos, es uno de los factores que más puede ayudar a propagar la instalación de paneles solares en balcones en nuestro país. Es entendible que algunos usuarios, impacientes por obtener una solución y un ahorro a su factura de la luz, vean en estos kits una alternativa aceptable.
Pero antes de lanzarse al frenesí, es prudente considerar las diferencias sustanciales con el caso alemán.
En primer lugar, allí se han establecido regulaciones que obligan a registrar estas instalaciones, también hay una limitación respecto a la potencia máxima permitida y además se otorgan subvenciones de hasta 500 euros por instalación. Estos tres elementos clave han sido determinantes en el explosivo crecimiento del sector en Alemania.
La experiencia adquirida ha hecho que en estos momentos se esté simplificando el proceso de registro para que sea más rápido y sencillo, de forma indirecta se busca también «rescatar» aquellas instalaciones que se hayan instalado pero no aparecen en los datos y por tanto se encuentran en una situación ilegal.
En contraste, en España nos encontramos en un escenario de vacío regulatorio. La potencia permitida no está limitada, lo que plantea preocupaciones sobre la seguridad. ¿Es igual de seguro instalar 500W que 1500W en un balcón? Algunos kits incluso vienen con baterías, añadiendo complejidad a la situación.
Con Paneles flexibles, clásicos, con anclajes de todas la formas posibles, diferentes clases de microinversores, etc…..
Todos estos sistemas están conectados a tomas de corriente domésticas, algunos incluso muestran en videos demostrativos cómo conectarlos sin protección a la intemperie. Se habla de la necesidad de protecciones eléctricas y sistemas antivertido solo para instalaciones de mayor potencia, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad de las instalaciones de menor potencia.
¿Y qué decir de los excedentes de energía? Se discuten solo para instalaciones de cierta potencia, dejando en el aire la posibilidad de verter energía a la red incluso en instalaciones más modestas. ¿Legalizar estas instalaciones? ¿Qué sucede si ocurre algún incidente relacionado con la instalación eléctrica y esta no está legalizada? Las preguntas abundan, pero las respuestas son escasas.
Si ampliamos el foco a cualquiera nos aparecen nuevas dudas, bien relacionadas con el tipo de sujeción que se realice (existen zonas en nuestro país con viento constante) o como afectarán las decisiones de la comunidades de vecinos. ¿Se pueden oponer a su instalación?
Y entonces....
Aunque las instalaciones en balcones pueden ser una solución para aquellos que buscan ahorrar energía y aumentar su autoconsumo, la situación actual parece más una receta para el desastre que una solución sostenible. Si no se establecen medidas regulatorias adecuadas, corremos el riesgo de convertir nuestros balcones en bombas de relojería. Y una vez que estalle la crisis, como suele suceder, será demasiado tarde para rectificar, perdiendo así una valiosa oportunidad para avanzar hacia la autosuficiencia energética.
La situación de los paneles solares en nuestros balcones y terrazas recuerda en cierto modo a la explosión del uso de patinetes eléctricos en las ciudades, en el que el uso fue por delante de la regulación (parece que todavía estamos intentando afinar las normas en cada localidad).
Viendo este panorama, uno no puede evitar preguntarse si estamos ante otra burbuja del sector fotovoltaico, destinada a estallar tarde o temprano como la de 2022 o si acaso se trata simplemente de otra excentricidad de la sociedad alemana, una moda efímera que, como tantas otras, intenta exportarse al resto de Europa, llevando consigo el riesgo de errores y consecuencias imprevistas.
